En los tratamientos faciales el principal protagonista es la piel o, mejor dicho, la epidermis de las personas que siguen dichos tratamientos en el instituto de belleza.
Cuando la piel está sana y fuerte, su cuidado no ofrece dificultad alguna, siempre que se tomen las precauciones normales; pero con frecuencia la piel es delicada, tiene alguna afección, está castigada por el uso abusivo de cosméticos inadecuados, etc., por lo que en estos casos exige un cuidado especial.
Renovación con aloe vera, para pieles sensibles.
Rellenador de colágeno con partículas de oro.
Limpieza profunda para todo tipo de pieles.
Chocolaterapia, hidratación cutánea
Despigmentante, para las manchas.